domingo, 31 de julio de 2011

Extracto Camino del Loco

El saber es poder y claramente proporciona la capacidad de tomar decisiones y es ahí donde surge la confusión… con la acumulación de experiencias y la empatía hemos entendido que el bien y el mal son subjetivos, pues dependen de muchos factores como el ambiente en cual se crió y desarrolló el determinado ser, si pertenece o no a un bando,  si continúa aprendiendo, si es manipulable, si actúa según la lógica, sus sentimientos o una infinidad más de variables que pueden ser combinadas o mezcladas… son  impredecibles las ramificaciones de posibilidades.

La vida no lleva estas tonalidades muy marcadas todo el tiempo… muchas decisiones no son simplemente la elección de blanco o negro, sino de una gran cantidad de grises.

Toda acción tiene una reacción, puede ser muy buena para los unos como muy malas para los otros, es por esto que el buscar el bien común y total es virtualmente imposible. Lo más lógico es conseguirlo para los seres queridos y si existe la posibilidad  para el resto… Esto ha sido la causa de incontables guerras y enfrentamientos durante la historia de este mundo, desde los animales hasta la humanidad, lo que importa en muchas circunstancias es la supervivencia y para ello  hay que destruir al que lo impida… al enemigo, al malvado, al mal…

El bien por lo general toma la forma del benefactor, del salvador, de aquel que brinda esperanzas y cambia la forma de ver el mundo. Verlo con alegría, felicidad, fuerza y valor, esa es la magia de la bondad que supuestamente profesa la fuerza santa.

El mal simplemente es sutil, actúa para lograr el beneficio propio de manera rápida y simple; representación de la codicia, el celo, la arrogancia y cuantas actitudes despreciables más se puedan concebir.

            Aunque sea real que estas visiones son subjetivas no es toda la verdad, pues hay ciertas actitudes, circunstancias y actos reprochables por el común de los mortales, y quien vaya contra tales es tildado como demente o malvado; la diferencia de estos dos títulos es simple: el primero no tiene conciencia concreta de lo impuro de su fechoría y el segundo es aquel consciente, lucido y decidido a causar el mal.

            La mayoría de los seres no eligen si vivirán su vida en una de estas dos posturas, ya que la elección en la crianza no está en ellos, sino en sus creadores, progenitores, maestros, tutores y guías, pero lo grandioso de la humanidad es la capacidad del libre albedrío… ésta no es gratuita, se obtiene mediante conocimientos y vivencias… se puede decidir el actuar sólo con la información de las opciones a tomar, si no, no sería verdadera libertad, sólo una ilusión.

            Los entendidos en la realidad del mundo toman decisiones  que creen más correctas no para su beneficio, sino para conservar su identidad y estar en paz con su conciencia, de esa manera no existen elecciones malvadas, sólo correctas, por lo menos para el propio individuo… esto ha causado al mundo grandes bendiciones y maldiciones

            Ciertos individuos muy especiales llaman la atención por la notable particularidad de un entendimiento elevadísimo sobre estas doctrinas. Comprenden perfectamente el por qué del mundo y lo necesario del equilibrio de las fuerzas. Gracias a sus conocimientos  tiene la capacidad de elegir… elegir superar la dualidad… al ver desde un punto de vista más elevado y aceptar el absoluto.

            Lo interesante es que algunos de ellos no optan por seguir su comodidad, sino a pesar del sufrimiento que deberán afrontar deciden tomar el bando contrario de sus ideales con la finalidad de producir un bien mayor. Tanto benignos como malignos son estos seres y la razón de este camino es que el mundo esta lleno de grises y ellos lo saben.

            Nuestro punto de vista nos ha llevado a pensar en ciertas características para el bien y el mal. La maldad es simple y fácil, no requiere mucho entendimiento, simplemente el dejar seguir su curso a las emociones más bajas que puede tener un ser, no concibe remordimientos y el odio puede llegar a ser muy limpio.

            La bondad es más compleja, requiere esfuerzo el conservarla. El sentirla es innato, puede estar dentro de cada ser, aunque ellos deben desarrollarla, quererla y cuidarla, ya que conlleva sacrificios. La clave es el dar a los demás y al mundo nobles acciones y sentimientos… probablemente no será muy simple.   

Ambos caras son necesarias por igual pero de manifestaciones distintas… son requeridas para el equilibrio universal, pues para que sea posible la creación primero ha de haber destrucción, por lo menos ese es el proceso habitual del universo y de los mismos hombres…

            Al final lo que buscan los hombres siempre será la felicidad, lo entiendan o no y para ello son capaces de tomar rutas impensables

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